LOS CHULOS DEL BARRIO

No es fácil ser un hombre actualmente. Corrección, no es fácil encontrarse a muchos hombres de verdad en nuestro tiempo. El hombre es una especie en extinción. Principalmente debido a los supuestos comportamientos que debe seguir un “macho” autentico hoy en día. Pues permítanme que les diga, pero todas esas idioteces hay que pasárselas por el arco del triunfo amigos míos.

Ojo, no se pretende hacer referencia al aspecto físico masculino que se presenta actualmente. Allá cada uno con su estilo. Aunque también es un tema para poner de vuelta y media a más de uno. Todo esto gira en torno a la forma de ser que tenemos los hombres en los tiempos que corren. Seguramente sea caer en los tópicos pero que quiere que le diga, la verdad duele. Basta un detalle. Un pequeño e insignificante detalle. Pequeño pero tremendamente complejo. Un detalle que marca la diferencia. La diferencia entre ser un hombre o un imbécil rematado. Me río yo de estos últimos y hágame caso, usted también debería.

Ser un hombre es saber escuchar. Saber mantener una conversación digna y no un monólogo continuo lleno de bromas y pavoneos. Un hombre sabe discutir sin alzar la voz y sabe compartir sus problemas con sus amigos, su familia, su pareja, etc. Ser un hombre no es diferenciar entre sexos. Perfectamente puede ser amigo de una mujer sin tener otro tipo de pretensiones. Y tonto de usted si piensa que no es necesario tener un punto de vista femenino a mano. Un hombre puede y debe decirle a un amigo “te quiero tío”. Si es usted de los que saltan con lo de “serás maricón” por favor, hágame caso: deje de leer, hágaselo mirar y espabílese amigo. Un hombre no significa ser el chulito del barrio. No es creerse superior a nadie. Por vaciar más vasos no se es más hombre.

Ser un hombre no es permanecer frío e impasible ante cualquier ocasión que se nos presente. Ser hombre no es ser un tío duro. Los hombres también tienen miedo. Eso no nos hace ser menos hombres. La clave está en reconocerlo y afrontarlo como lo que uno es. Los hombres sí lloran. Por unas cosas o por otras, pero los hombres lloran. Solos o acompañados, pero lo hacen. Es un aspecto humano. Es un aspecto que nos hace madurar y nos honra.

Por mucho que digan, un hombre no debe solo ser romántico, sensible, etc. Lo que debe de hacer un hombre es saber tratar a una mujer. Lo de ir de “machito” ha quedado ya muy atrás. Un hombre no se hace el loco. No intenta disimularlo. ¿Para qué? Un hombre ama y lo hace profundamente. Y créanme: cuando un hombre ama es “peor” que una mujer. Ah! Y dejemos ya de pavonearnos sobre cuántas veces y con cuantas. Sí, eso lo hemos hecho la mayoría, pero ya está bien. Callémonos la boca mejor.

Ser un hombre no es algo innato. Por ser varón no se es un hombre. Ese privilegio hay que ganárselo. Hay que merecérselo. Seguramente ningún hombre cumpla todos estos aspectos y todos aquellos que no se han mencionado. Sin embargo, lo realmente importante está en saber preocuparse por mejorar dichos aspectos en uno mismo. Será entonces cuando empecemos a ser hombres. Será entonces cuando empecemos a diferenciarnos del resto. Al fin y al cabo, imbéciles hay en todos lados.

 

El carácter de cada hombre es el árbitro de su fortuna (Publio Siro)

Felipe Gómez Rivas.

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